sábado, 12 de diciembre de 2009
viernes, 20 de noviembre de 2009
Desacreditado el eslabón perdido, la teoría, sigue siendo teoría.
En mayo, el mundo de la antropología acogió con sorpresa y cierto escepticismo la llegada de Ida, un fósil de primate presentado con gran bombo y que fue vendido como el eslabón perdido entre hombres y monos. Los restos del animal quedaron tan conservados en pizarra que hasta podía distinguirse el contorno de su piel y lo que había comido por última vez. La presentación fue polémica, pues el anuncio no estuvo acompañado como suele ser habitual por una publicación en una revista científica, sino por una rueda de prensa en el Museo de Historia Natural de Nueva York. Muchos dudaron de que el fósil, bautizado como Darwinius masillae, fuera en realidad el antepasado común entre ambas ramas.
Ahora, un nuevo fósil encontrado en África desmonta la teoría y afirma que Ida no estaba emparentada con los grandes simios y los humanos. El nuevo fósil se describe hoy en Nature. Ha sido bautizado como Afradapis longicristatus y se ha encontrado en el norte de Egipto. Vivió hace 37 millones de años y, al igual que Darwinius, pertenecía al grupo de primates adapiformes. Estos monos se parecían a los actuales lémures, pero hoy están extintos.
La polémica se remonta a algo que sucedió hace unos 50 millones años, cuando los primates se separaron en dos ramas. El equipo que analizó los restos de Ida afirmaba que pertenecía a la rama más cercana al hombre. Se trataba de los haplorrinos, o primates de nariz seca. Este grupo emparenta con los tarseros, unos pequeños animales que viven en los bosques del sureste asiático. Aunque aún no hay pruebas suficientes por falta de fósiles, se piensa que este grupo está en la rama que daría lugar a los grandes simios y los humanos millones de años después.
La teoría se sustentaba en parte en el excepcional estado del fósil, conservado en un 95% en pizarra. Yacía en el lecho de la caldera de Messel, cerca de Fráncfort (Alemania). Los restos se desenterraron en 1983, pero no se analizaron hasta 2006, cuando los investigadores lo compraron. Tardaron dos años en hacer públicos los primeros datos hasta la fastuosa presentación en el museo neoyorquino. “El eslabón ya no está perdido”, dijo el divulgador David Attenborough durante el acto.
Pero el nuevo estudio señala que tanto Darwinius como Afradapis pertenecen a la otra rama de primates, los estrepsirrinos, o de nariz húmeda. El estudio, liderado por Erik Seiffert, de la Universidad Stony Brook de Nueva York, señala que, aunque la polémica sobre el parentesco de los monos adapiformes con los antropoides viene de largo, existen pocas descripciones exhaustivas del grupo.
Su equipo reunió datos de 117 primates vivos y extintos. Analizaron 360 rasgos morfológicos para situar al nuevo fósil en el árbol de la evolución y determinar su parentesco con otras especies. El análisis incluyó 24 monos adapiformes, de los que ocho nunca habían sido incluidos en un estudio semejante.
Otros adapiformes
En primer lugar, el análisis sitúa a Afradapis y Darwinius junto a otros adapiformes hallados en Europa y EEUU. A su vez, todos los adapiformes caen dentro de la rama de estrepsirrinos, con lo que su posible papel de eslabón perdido se diluye aún más.
Los argumentos que ligaban al Darwinius a los haplorrinos y los lémures eran el pulgar oponible, uñas en lugar de garras y unas patas traseras que podrían apuntar al bipedalismo. Los datos actuales se desprenden de restos de la mandíbula y dientes de varios especímenes desenterrados cerca de la localidad egipcia de Birket Quarun. El análisis de las muestras confirma que los monos adapiformes tenían características similares a los antropoides en la disposición de sus mandíbulas y la forma y tamaño de sus colmillos. Sin embargo, estas características no estaban presentes en los primeros antropoides que se conocen, como el Proteopithecus. Según los investigadores, los rasgos evolutivos que asemejan a los adapiformes con los antropoides se desarrollaron por separado cuando ambas especies ya estaban alejadas en el árbol de la vida.
Variado, La historia del fondo de pantalla de Windows.
Quién no recuerda la famosa imagen de fondo de Windows Xp, incluso muchos la tienen en sus computadoras, pero nos sorprendería saber la verdadera historia de esta imagen, una fotografia conocida en todo el mundo gracias a Windows XP.
El autor de dicha fotografía es Charles O´Rear, quien ha trabajado durante décadas para publicaciones como National Geographic, donde se aprecia la calidad de su trabajo.
La imagen que daba la bienvenida a Windows, titulada Bliss (gozo o felicidad) fue realizada por O´Rear en 1995 tomando como objetivo una suave colina del Valle de Napa. Por suerte, la colina que muestra ese precioso continuo de hierba verde se encontraba en plenitud gracias a un pequeño desastre. Esas colinas suelen estar cubiertas de vides, pero en la primera mitad de los noventa una plaga de filoxera obligó a eliminar gran parte de las cepas, cambiando el paisaje temporalmente al ser plantado de hierba. Esa situación temporal fue toda una bendición para O´Rear, que tomó la fotografía con su cámara de formato medio un día en que circulaba por una carretera cercana.
Actualmente, pasada la crisis en los viñedos del Valle de Napa, las uvas han vuelto a las tierras y el idílico paisaje que fuera fotografiado en el 95 cuenta con un aspecto muy diferente, en realidad resulta poco atractivo como fondo de pantalla.V
martes, 17 de noviembre de 2009
Variado, nuestra evolución en el futuro.
No es ciencia ficción
Puede sonar a ciencia ficción, como muchas de las cosas que tratamos en NeoTeo, pero te aseguramos que todas las afirmaciones que leerás en este artículo fueron realizadas por científicos expertos en la materia. La pregunta es: ¿Cómo evolucionará el ser humano en los próximos millones de años? Partamos de la base que ningún científico, por más erudito que sea, puede predecir esto con precisión. Ni siquiera se pueden aventurar a asegurar lo que sucederá de aquí a 1000 años, mucho menos en los próximos millones. Pero algunos se animan a especular, estudiando cómo se ha dado la evolución en el pasado, las tecnologías actuales (y en lo que se convertirán) y el impacto que éstas tendrán en la humanidad. Es una apuesta arriesgada basada solo en teorías especulativas pero, como ninguno de nosotros estará vivo para confirmarlas o negarlas, no hay ninguna reputación en juego. Hete aquí los diferentes escenarios: Los numans, cyborgs, unihumans, survivalistians y astrans.
Hay humanidad para rato
Son muchos los que opinan que la raza humana está al borde de la extinción, que no duraremos mucho rato. Los enemigos y razones que atentan contra nuestra existencia son muchos. Sin embargo, hay algunos que se animan a opinar diferente. El reputado paleontólogo Peter Ward es uno de ellos. Ward es el autor del libro Future Evolution, además de ser profesor de ciencia de la Universidad de Washington. En su obra, asegura que todavía existiremos en los próximos millones de años. Sí, no la tendremos nada fácil, pero existiremos.
Por ejemplo, de acá a 1.000 años, Ward dice que habrá superpoblación (unos 11 mil millones de personas sobre la tierra), cuervos carnívoros, extinción masiva de especies y mucha, mucha entropía. La mayor parte de las tierras estarán ocupadas con cultivos, por la gran demanda de alimentos que habrá, y la gente deberá hacinarse en reducidos espacios destinados para la vivienda.
Los únicos animales con el potencial de sobrevivir las extinciones serán: mapaches, búhos, ganado, ratas, serpientes, cerdos y cuervos. Pero estos sufrirán importantes cambios para adaptarse al nuevo ecosistema, dominado por el desecho humano. Las serpientes, dice Ward, tendrán una lengua como la de los sapos, para atrapar las ratas que vivirán en los grandes vertederos de desperdicios que serán nuestras ciudades.
Lo de Ward es un supuesto, basado en teorías y cierta investigación científica, poco más. Pero supongamos que tiene razón y tenemos cuerda para los próximos millones de años. ¿En qué nos convertiremos?
Numan: Los súper humanos
En los pocos años que la humanidad es humanidad, hemos sido capaces de erradicar enfermedades modificando nuestra genética, hemos descubiertos drogas que potencian nuestras habilidades, hemos logrado vivir más años que nuestros antepasados (la edad promedio sigue subiendo), y la lista sigue.
Si hemos logrado tanto, en tan poco, ¿qué puede suceder en el futuro? El ser humano seguirá conquistando fronteras, nos haremos inmunes a más enfermedades, viviremos más y seremos más inteligentes y fuertes.
En la actualidad se están experimentando con medicamentos que nos permitirán mantenernos despiertos y sin comida por días, hemos logrado sacar de la ecuación la menstruación en las mujeres, hay drogas que mejoran nuestro rendimiento físico y académico, etc. ¿Estamos superando a la evolución natural? Y si ese fuese el caso, ¿podría la evolución artificial reemplazar la evolución natural? Muchos opinan que sí, que un nuevo humano saldrá a la luz, pero que la evolución natural no tendrá nada que ver. “Si miras a los superhéroes de los años 30 y 40, te darás cuenta que todas las tecnologías que allí se veían hoy existen.”, dice Joel Garreu, autor del libro Radical Evolution, para poner las cosas en perspectiva.
Los esteroides, por ejemplo, hoy no son aceptados porque afectan la salud y tienen serias contraindicaciones. Pero, cuándo lleguen a ser perfectamente saludables, ¿qué autoridad tendremos para prohibirlos o rechazarlos? ¿Por qué no permitirnos ese atajo que nos ahorraría milenios de evolución? Cuando entendamos perfectamente el código genético y cómo modificarlo… ¿Por qué no hacer bebes perfectos? ¿Por qué no modificarnos a nosotros mismos?
Según Garreu, los súper humanos aparecerán primero en el atletismo y en el campo de batalla. Pero eventualmente llegarán a la escena intelectual, para luego expandirse a todas las áreas de nuestra vida. ¿O acaso el viagra no nos transforma por horas en super amantes? ¿Es tan difícil imaginar una droga, una mejora, para cada una de las situaciones de la vida?
Lógicamente, esto traerá problemas sociales y, según Joel Garreu, existirán tres tipos de humanos: los mejorados, los naturales y el resto. “Los mejorados serán aquellos que tienen el dinero y el entusiasmo de lograr, por medio de la ciencia, vivir más, ser más fuertes, más seductores. Los naturales serían aquellos que, por razones superiores, se nieguen a mejorarse artificialmente, de la misma manera que los vegetarianos no comen comida o los curas no tienen sexo. El resto serán aquellos que no puedan mejorarse, por no tener los medios, y odiarán a los que sí, de pura envidia.” Aquí tienes más maneras de mejorar la raza humana por medios artificiales. Suena un poco aterrador, ¿verdad?
Cyborgs: Somos uno con las máquinas
En nuestro artículo ¿Seremos Todos Cyborgs? ya hemos hablado de cómo el ser humano puede mejorar sus aptitudes por medio de las máquinas. Incluso hemos hablado de las mejoras en la inteligencia artificial y cómo seremos superados por los ordenadores en cuestión de años. Pero la teoría postulada por los científicos ya no es si usaremos máquinas para mejorarnos, eso ya se da por hecho, sino… ¿las asimilaremos nosotros a ellas, o ellas nos asimilarán a nosotros? Sí, parece un episodio de Star Trek, con los Borgs y todo eso, pero hoy el asunto se discute seriamente.
Asimilar la tecnología que tenemos en la actualidad no es problema. Un brazo robótico difícilmente pueda hacernos menos humanos. Pero cuando lleguen las verdaderas innovaciones en el campo, como ponernos un chip en el cerebro a la Matrix, las cosas pueden ponerse difíciles. ¿Un chip en el cerebro? ¿No nos crees? Lee y llora.
Esto traerá importantes, importantísimas, preguntas filosóficas, que ya se han hecho hasta el hartazgo en la ciencia ficción. ¿Dónde terminará la máquina y comenzará el hombre? ¿Cómo podremos combatir a nuestro cuerpo si alguna vez decide tomar el control? En definitiva, ¿seremos asimilados y nos convertiremos en meras marionetas de robots desalmados? ¿Esa será la nueva fase de la evolución humana? ¡Que miedito!
Por otro lado, Seth Shostak, astrónomo en jefe del proyecto SETI, escribe una muy interesante teoría al respecto en su libro Sharing the Universe: “Las sugerencias más usuales son que diseñaremos mejoras para nosotros mismos. Que pondremos chips adicionales en nuestra cabeza, y que podremos solucionar problemas matemáticos que antes nos solían confundir. Mi respuesta a esto es, bueno, tú puedes mejorar un caballo metiéndole un motor de cuatro cilindros. Pero eventualmente puedes pasar del caballo. Estos híbridos no me parecen algo que tengan una ventaja tremenda. Solo significan que son máquinas no tan buenas.” Sin embargo, Shostak debe reconocerlo: cualquier mejora será adoptada en el futuro, sea o no mejor que la mejora misma, separada.
Lo que sí queda en claro es que las máquinas, hagamos lo que hagamos, serán mejores y más inteligentes que nosotros. ¿Debemos temer a una rebelión de robots? Los campos están divididos, mientras algunos aseguran que es posible, otros afirman que es muy improbable. Shostack es uno de ellos. “Yo tengo un par de peces dorados”, dice. “Y no me levanto todas las mañanas y digo ‘Los voy a matar’, simplemente los dejo solos. Sospecho que las máquinas llegarán muy pronto a un nivel en el que les seremos irrelevantes, así que no les temo. Pero sí significará que ya no seremos los N°1 en el planeta, y eso es algo que nunca pasó antes.”
Unihuman: Asimilación de razas
Para que diferentes poblaciones de una especie puedan divergir en otras especies separadas, necesitan estar aisladas unas de otras. Así es como hoy en día tenemos humanos de todas las razas, cada una con sus particularidades. Esas diferencias solo pudieron ser posibles porque cada raza evolucionó aislada de la otra. Los chinos en China, los africanos en África y los inuit (esquimales) en Canadá, por citar algunos ejemplos. Cada raza se pudo definir a sí misma, porque evolucionó separada, aislada de las otras, por lo que no había cruza entre razas, lo que hizo que los rasgos se intensificarán de generación en generación.
En la prehistoria, y más acá también, el contacto entre humanos de diferentes razas era escaso, sino inexistente. Tuvimos miles de miles de años para definir esos rasgos que hoy nos identifican de una raza u otra. No los suficientes, para divergir en una especie separada, pero sí para desarrollar rasgos distintivos.
Todavía tenemos limitaciones para la cruza entre razas. Si bien es muy común que humanos de diferente raza tengan hijos, existen factores sociales, económicos, de distancia y soberanía que nos mantiene a la mayoría procreando con personas de nuestra misma etnia. Pero en el futuro las cosas van a cambiar. Los humanos estaremos tan extendidos por la Tierra que todas las razas se convertirán en una: el Unihuman.
”La gran cosa que la gente suele obviar cuando especula sobre evolución humana es que la materia cruda para la evolución es la variedad.”, dijo Stuart Pimm, experto en Biodiversidad de la Universidad Duke. “Y los humanos vamos a perder esa variedad bastante rápido, y la razón no es tanto genética. Al momento los humanos tenemos 6.500 lenguajes sobre la Tierra. Si miramos al número de lenguajes que le dejaremos a nuestros hijos, ese número es 600.”, concluyó. La lógica de Pimm se sostiene. Hoy la asimilación no se da tanto por cruza, sino que es cultural. Internet, por ejemplo, nos ha puesto en contacto con personas de todos lados del mundo, absorbiendo lo que nos gusta de su cultura, aprendiendo palabras en su idioma, etc. Lo que es más, con Internet hemos inventado un nuevo idioma. ¿O te crees que el LOL es algo que solo los norteamericanos usan? ¿WTF? ¿IMO? Asimismo, mientras las nuevas generaciones aprenden nuevos idiomas, generalmente los más hablados, e inventan nuevos, los lenguajes más antiguos, de pueblos agonizantes o ya asimilados, va muriendo.
Decir que pasaremos de 6.500 a 600 es, tal vez, un poco exagerado. Pero eso no le hace ni mella a la lógica de Pimm. La asimilación cultural en los pocos años que lleva existiendo Internet es descomunal. ¿Te imaginas eso potenciado por 1.000.000 y a nivel genético? Ok, eso es lo que va a dar lugar al Unihuman.
Mientras algunos puedan ver este nuevo mundo como un paraíso sin problemas raciales, donde todos seremos iguales, los científicos ven otros problemas. La variedad genética es la que evita que las enfermedades virales se extiendan por todo el mundo. Si somos todos iguales genéticamente, lo que mata a uno nos puede matar a todos. O sea, que si uno estornuda algo feo, puede condenar al resto de los unihumans. Para colmo, y si bien las divisiones raciales ya no serán un problema, en un mundo tan extendido, con unihumans por todos lados y sin fronteras, lograr una estabilidad económica y política a nivel global puede ser un sumidero de cabeza. Y se especula que, para ser exitosa, esta nueva raza deberá ser sumamente mansa y domesticable. ¿Será?
Survivalistian: Los sobrevivientes
Es inevitable que, en el plazo de un par de millones de años en el futuro, nos suceda algún evento apocalíptico que diezme la raza humana casi por completo. Sea un meteoro, la naturaleza, una epidémica, lo que sea que fuese, sucederá. Y aquí entran en escena los supervivientes, los Survivalistian.
Como la palabra lo dice, los survivalistian serán los sobrevivientes de esas catástrofes. Pero la teoría propone mucho más que una raza de humanos endurecida por la supervivencia en un mundo post-apocalíptico. También dice que, si alguna vez ha de suceder, este será el momento para que la raza diverja en dos especies diferentes. Es que en las sociedades modernas, las fuerzas que podrían llevar a una separación de la raza están contenidas en suspensión. Como dijimos anteriormente, los humanos estamos en contacto unos con otros, y la mezcla de genes y culturas nos está llevando hacia los unihumans. Además, como humanos ya no tenemos competencia de otras especies, y las medicinas cancelan cualquier enfermedad heredada. “Estamos ayudando genes que se deberían haber caído de la pileta genética”, dice Peter Ward.
Pero, en el caso que haya una catástrofe apocalíptica que obligue a los humanos a aislarse unos de otros, a volver a la edad de piedra, que además cancele toda nuestra tecnología, la divergencia de especies puede ser posible. ¿En qué divergiríamos? Bueno, eso ya es suponer demasiado. H.G. Wells, en su novela “La máquina del Tiempo”, trató este tema y se animó a decir que una de las razas sería subterránea (los despiadados Morlock) y otra habitaría sobre la superficie de la Tierra (los débiles Eloi).
Las diferencias pueden no ser tantas. Puede suceder que una de las especies desarrolle una piel más dura que combata la radiación (si es que ha habitado en una zona radioactiva) y sea también resistente a los virus de su ambiente. Podría tener los sentidos optimizados para la zona que le tocó habitar, etc. La otra podría haber ido a habitar a una zona igual de inclemente, pero con peligros diferentes o bien podría haber encontrado un lugar donde seguir siendo humanos, cosa que los “estancaría” evolutivamente. En cualquiera de los dos casos, con el paso del tiempo (hablamos de cientos de miles de años), habría divergencia de especies. Esta divergencia es conocida como especiación.
Según Stuart Pimm esto es muy posible. El biologista se animó a decir que si “hay gente que hoy en día es resistente al SIDA, incluso cuando han tenido mucho contacto con el virus, esto podría ser porque sus ancestros sobrevivieron a la plaga hace 500 años atrás.” Y, de la misma manera, eso podría suceder en el futuro, creando diferencias mucho más grandes.
Y aquí llegamos al quid de la cuestión… la teoría evolutiva dicta que una de las especias eventualmente va a subyugar a la otra. Y, de la misma manera que el humano moderno le pateo el trasero a esos peludos neardentales, la raza más fuerte tratará de asimilar o eliminar a la competencia.
”Si tienes dos especies que compiten por el mismo nicho ecológico, eso termina mal para una de las dos.”, asegura Joel Garreu. “La única razón por la que los chimpancés existen es porque fueron lo suficientemente inteligentes como para quedarse en los árboles.”
Para Peter Ward todo esto es ciencia ficción y afirma que “salvo que los humanos se olviden por completo de cómo construir un bote, podremos encontrar rápidamente el camino de vuelta.” Y por ahí tiene razón. ¿Quién puede saberlo?
Astran: una raza humano alienígena
Y no, no nos estamos refiriendo a que un día invadirán los extraterrestres, se violarán a nuestras mujeres y tendrán hijitos mitad humanos, mitad ET. Pero, en el transcurso de millones de años, y si el humano llega a conquistar otros planetas, y según el principio de especiación que ya tratamos en Survivalistian, bien podríamos divergir en las más variadas especies, una por planeta conquistado.
La teoría del viaje hiper espacial ya está siendo estudiada, y hay indicios de que podría ser posible. Si no lo fuera, y gracias a las mejoras genéticas, podríamos lograr humanos que puedan hibernar por siglos, capaces de soportar un prologando viaje en naves robóticas con “piloto automático”. ¿Imposible? No, no lo es. Existe un tipo de invertebrados (los Tardigrada u osos de agua) capaces de soportar (sin ningún tipo de protección) un viaje por el espacio, manteniéndose inactivos en estado de hibernación. ¡Incluso pueden soportar la entrada a la atmósfera arriba de un meteorito! ¡Ha sido probado! Si hay un organismo vivo que lo pueda hacer, nosotros podríamos lograrlo (hablamos de millones de años).
Incluso Peter Ward, el que no creía en la especiación, está de acuerdo en que, de ser posible la conquista de otros planetas, sí se daría. Shostak también lo ve posible, y dice que se necesitarían tres cosas: un arca intergaláctica capaz de transportar una civilización entera, alcanzar velocidad hiper espacial y humanos mejorados: O sea, los astran.
Otra manera muy muy inteligente de poner humanos en otros planetas, sin movernos de la tierra, es enviando un mensaje a las estrellas, con el paso a paso de “cómo crear un humano”, una especie de guía con nuestro código genético completo y un manual de construcción. Pero para eso debería haber alguien del otro lado que no solo lo escuche, sino que le interese crear un humano. ¿Y quién querría un humano como mascota?
Escenarios, todo esto son posibles escenarios. ¿Cuál de todos se dará, si es que se da alguno? Nunca lo sabremos. Tampoco importa demasiado, salvo que creas en la reencarnación...
sábado, 14 de noviembre de 2009
miércoles, 11 de noviembre de 2009
martes, 10 de noviembre de 2009
Nuevos virus, mas mortíferos pueden saltar al escenario.
Como se esperaba (y esto ya había sido predicho, click aquí para leer el primer artículo a este respecto en Inglés), nuevas cepas, mutaciones o virus completamente nuevos están comenzando a emerger alrededor del mundo (click aquí para leer el primer artículo a este respecto en Inglés). Estas nuevas apariciones parecen ser mucho más mortíferas y no existe hasta ahora el conocimiento de que sean del tipo del virus H1N1.
Es también interesante ver que los casos de H1N1 están siendo elevados en áreas donde la vacunación contra este virus ya ha comenzado. Esto es así para los Estados Unidos, Canadá y Suecia.
Sospechamos que los nuevos virus, más mortales que los del H1N1 están siendo dispersados intencionalmente para completar la toma de la mayoría de los estados y para establecer un Nuevo Orden Mundial con Un Gobierno Mundial, una Moneda Mundial y una Milicia Mundial.
viernes, 6 de noviembre de 2009
Variado, lluvias extrañas.
-El martes 5 de junio de 1979 un pedazo de hielo verduzco se estrello en la sala de una casa en Calgary, Canada.
-El 9 de Abril de 1971, en Tampico, Méxiico, cuando la sra. Sara Medrano dormía apaciblemente, un bloque de hielo de 50 kg. cayo en su cama a su lado después de atravesar el techo, esto casi la
condujo a la locura.
-El 27 de abril de 1872 cayó una lluvia de piedras sobre una casa de Bermondsdey Inglaterra hiriendo a varias personas.
-En 1921 se dió una rivalidad entre dos pueblos en diferentes continentes a causa de una lluvia de piedras, comenzando en Chico California, donde no se pudo saberque causaba tan extraño "bombardeo", en una sesion se culpó del hecho a espiritus, mientras que en Nueva Escocia empezó a suceder lo mismo, una niño dijo ver a los espiritus cuando lanzaban las piedras, otros dijeron que venían del planeta Marte, incluso se culpó a Satanás por la falta de fé de los pobladores. Siguió por varios meses, hasta que legó una carta al sheriff Peck firmada como "El fanstasma" agradeciendo la atención que le dieron en el pueblo pero que debía marcharse, después de esto las lluvias cesaron.
-El 21 de octubre de 1638, una bola de fuego destrozo el muro de un campanario de una iglesia, hiriendo a 62 personas y matando a 4. Después de esto se expandió una espantosa fetidez en donde se pensó de la intervención del mismo Satanás.
-Durante los 80, durante 4 años llovieron granos de maiz sobre la población de Evans, Colorado.
-El 31 de marzo de 1977 cayó una lluvia de ranas y sapos en el estado de Ohio, lo mismo ocurrió en 1979 en el poblado soviético de Dargan-Atta.
-El 30 de Julio de 1838 cayeron del ciello ranas sobre la ciudad de Londres despues de una tormenta, ocurrio lo mismo en la misma ciudad en 1883.
-En mayo de 1984 en East Ham, Inglaterra cayeron una gran cantidad de peces en un suburbio, lo mismo ocurrió en una ciudad cercana llamada Canning Town. Mientras que en Dilhome llovieron conchas que solo se conocían en las Filipinas.
-El 10 de enero de 1877 en Memphis Tenesssee el New York times informó que cayeron del cielo miles de serpientes de entre 30 y 45 cms., por suerte no eran venenosas
-En 1578 cayeron pequeños ratones de color amarillo sobre Bergen, Noruega, sucediendo lo mismo al año sgte.
-En 1965 en Kentucky cayeron millares dee galletas segun el periódica St. Louis Dispatch.
-En marzo de 1888 cayeron numerosos ladrrillos sobre una escuela en presencia de 30 testigos e Madras, India.
-Estos son solo algunos casos de los cieentos reportados. Un hombre llamado Charles Fort ha investigado durante años estos casos y los publicó en un libro que contenia casi 300 casos.
Estos casos desconcertantes vale que sean contrastados con informes oficiales, los casos son tan desconcertantes que desafian a la lógica y proponen la posibilidad de fraudes o relatos producto de la imaginación de la gente. Lo extraño es que un buen número de eventos alternos han sido confirmados.
En el año 1800, en Seringapatam, en la India, se registraron (según la revista Nature del 1° de noviembre, anota Fort) una sucesión de lluvias de granizo. Durante una de ellas se encontraron dos piezas de hielo que tenían el tamaño de un elefante pequeño. Ese mismo año, informes del instituto Smithsoniano revelan que en los EE.UU cayeron piedras de hielo de 2 y 3 kg. de peso.
El 27 de febrero de 1877 en Penchloch, Alemania, cayó una espesa lluvia amarilla, color oro, cuya materia tenía 3 formas distintas: semejaban una flecha, un grano de café y un disco. No se encontraron trazas de polen y la sustancia despedía un fuerte olor animal. El análisis químico reveló la presencia de nitrógeno y amoníaco. Charles Fort - en su obra "El libro de los condenados" al hablar de esta lluvia - dice: "Tal vez fueran símbolos jeroglíficos de alguien que intentaba decirnos algo".
El 14 de febrero de 1870, cayó en Génova, Italia según el profesor Beccardo, director del instituto Genovés de Física, citado por Fort, una sustancia amarilla que cubrió las calles, al punto de que era difícil caminar. Según se estimó, la cantidad de esta materia amarilla que cubrió Génova era de aproximadamente 100 mil toneladas.
El 30 de abril de 1887 se produjo una lluvia densa, ardiente, negra y pestilente. El mismo fenómeno se repitió el 9 de octubre de 1907 y el 2 de marzo de 1908. La "explicación" fue que se trataba de polvo de carbón que habría flotado en el aire desde las minas de Gales. Pero una lluvia similar se registró el 20 de enero de 1911 en Suiza y otra en el cabo de Buena Esperanza, el 5 de febrero de 1912. Según el reverendo James Rust una lluvia negra cayó en Slains, Escocia, el 14 de enero. Otra en Carluke, a 250 km. de Slains, el 1 de mayo. Y otros dos en este sitio el 20 de mayo de 1862 y el 21 de octubre de 1863. El informe químico identificó esta sustancia no como un producto volcánico o ceniza, sino como escoria de fundición. "Resulta imposible - dice Fort - imaginar que un producto artificial como es la escoria de hierro haya podido caer en tan grandes cantidades y en sitios tan distintos". Y agrega un dato sorprendente: El 9 de noviembre de 1819 cayó una lluvia negra de escoria de metal sobre una vasta zona de Canadá. Esta lluvia fue acompañada de una sacudida sísmica y de una intensa oscuridad aunque era pleno día.
No sólo caen - según Fort - diversos colores desde el cielo. En ciertos momentos de la historia, y en los más variados lugares, se produjo la precipitación de sustancias realmente increíbles.
El 13 de agosto de 1819 en la ciudad de Amherst, en Massachusetts, un objeto misterioso, recubierto de una pelusilla como la que se encuentra en la fábrica de paños, se abatió contra el suelo. Separada la pelusa apareció una sustancia pulposa de color amarillento que despidiendo un olor muy nauseabundo, se volvió de color rojo vivo por el simple contacto con el aire.
En Londres, la tarde del 5 de mayo de 1848, cayó una lluvia extrañísima. Traducida textualmente la nota de Charles Fort dice la siguiente: "A las 5 de la tarde el cielo estaba apacible sobre la ciudad de Londres. De pronto sin previo aviso, comenzó a soplar un fuerte vendaval que hizo volar a toldos y sombreros. El sol se apagó y una oscuridad densa se desplomó sobre la ciudad. Apenas se podía ver a dos pasos. A partir de ese momento comenzó a caer desde la alto un copioso chubasco de agua y peces. Durante casi 1 hora cayeron miles y miles de pequeños peces de una 15 cm de largo, de color plateado y grandes aletas. Examinados por los expertos no pudieron ser reconocidos. Se enviaron muestras a todas las Universidades de Inglaterra y ninguna pudo decir de que especie eran esos peces. Finalmente, una comunicación llegada desde el Cairo y firmada por el decano de la facultad de ciencias naturales de esa ciudad informó que esos peces correspondían a una especie de agua dulce que prolifera en el mar de Galilea. No se pudo explicar cómo habían caído sobre Londres esos peces que los palestinos llaman Pez de San Pedro".
En agosto de 1894 , miles de medusas , grandes como un chelín , fueron señaladas sobre la ciudad de Bath, en Inglaterra. En el mismo momento no lejos de ahí, en Wigan, cayó una lluvia de pequeñas ranitas.
En una nota tomada de Comptes Rendus, Fort anota que la "sustancia negra caída en Entre Ríos, Argentina, el 30 de junio de 1880 recuerda a ciertas formas de lignito". Es de color negro verdusco , similar a otras que se precipitaron en Francia (1868), Australia (1861), India (1867) y Portugal (1902).
Tras la muerte de Charles Fort las lluvias acontecidas fueron más insólitas que las que describió:
Chaparrones de tela de araña mojando pueblos y ciudades, están desconcertando a meteorólogos del mundo entero, que no obtienen explicación a tan inusual y original fenómeno.
La caída más frecuente es la de trozos de hielo, que en algunas ocasiones pesan 45 kg. A estos le siguen las de ranas, peces y cangrejos, que parecen preferir ambientes fríos como los del norte de Gran Bretaña para caer.
Cabe señalar un suceso muy raro ocurrido un atardecer de verano de 1969: los ventanales de una hostería de los Alpes alemanes próxima a Oberstdorf fueron literalmente destrozados por una lluvia de monedas antiguas, en especial rupias, maravedíes y piastras. El violento chaparrón paleomonetario se repitió a la mañana siguiente, y atrajo a numerosos curiosos a la zona. La policía destacó en el lugar a 4 patrulleros y una unidad de perros especializados que rastrearon la zona sin encontrar pista alguna sobre el extraño ataque.
Los dueños del establecimiento declararon que durante las 2 precipitaciones de monedas se oyeron voces en lenguas extrañas, que algunos huéspedes interpretaron como griego antiguo y otros como sánscrito.
R. P. Greg, uno de los catalogadores mas notables de fenómenos meteóricos, reporta caídas de sustancias viscosas en 1652, 1686, 1718, 1796, 1811, 1819, 1844. Da datos más antiguos, pero yo tambien practico la exclusión. En el Report of the British Association, señala incluso el paso de un meteoro muy cerca del suelo entre Barsdorf y Friburgo. en Alemania. Al día siguiente se encontró sobre la nieve una masa enorme de gelatina. No era ni la estación de la freza, ni la del nostoc. «Curioso, si es exacto», como dice él. Pero relata, sin modificarla, la caída de un meteoro en Gotha, Alemania, el 6 de setiembre de 1835, «dejando en el suelo una gran masa de gelatina» y aterrizando apenas a un metro de un observador. En otro artículo del Report, según una carta de Greg al profesor Baden Powell, el 8 de octubre de 1844 por la noche, cerca de Coblenza, uno de sus amigos alemanes vio caer al suelo un cuerpo luminoso cerca de él y de otra persona. A la mañana siguiente, encontraron en aquel lugar una masa gelatinosa de color gris.
Según Chladini, una masa viscosa cayó con un meteorito luminoso entre Siena y Poma, en mayo de 1652; otra, después de la caída de una bola de fuego en Lusatia en marzo de 1796; una sustancia gelatinosa, después de la explosión de un meteorito, cerca de Heidelberg, en julio de 1811. En el artículo citado en la nota, se describe la sustancia de Lusatia como poseyendo «el color y el olor del barniz negro desecado». En el American Journal of Science se dice que una materia gelatinosa surgió con un globo de fuego sobre la isla de Lethy, en la India, en 1718.
En la misma revista, en varias observaciones sobre los meteoros de noviembre de 1833, se mencionan caídas de sustancias gelatinosas: «Bloques de gelatina blanca», parecida a clara de huevo coagulada, fueron hallados en el suelo en Pahway, New Jersey. A. H. Garland, de Nelson Country, Virginia, encontró una sustancia gelatinosa que tenía la circunferencia de una pieza de 25 centavos. Una mujer de West Point encontró una masa grande como una taza de té y parecida al almidón hervido.
En 1829, Persia vio caer una sustancia que nadie conocía. Los persas no tenían la menor noción de lo que era, pero comprobaron que las ovejas podían comerla y así lo hacían. Resolvieron molerla en harina, e hicieron con ella un pan del oue se dijo que era comestible, aunque insípido.
Si hay pocas sustancias que hayan caído al suelo y si la superficie terrestre abunda en sustancias arrancables por una tromba, dos caídas de papel parecerían notables. Un articulista señala, en la Edinburgh Review (8 a), que en Carolath, Silesia, en 1839, cayeron sesenta metros cuadrados de fieltro, con los cuales se podrían haber confeccionado vestidos. El dios del Examen Microscópico decidió que se componía esencialmente de coníferas. Finalmente, otro artículo (8 b) señala que, el 16 de marzo de 1846, en la época de la caída de sustancia comestible en Asia Menor, un polvo aceitunado se abatió sobre Shanghai. Se descubrió al microscopio que se trataba de una masa de pelos negros y blancos, estos últimos más densos. Se creyó que se trataba de fibras minerales, pero, en la combustión, desprendieron «el olor y el humo amoniacales de los pelos y las plumas carbonizados». Otros exámenes revelaron que dichas fibras, caídas en forma de una nube de un millón de hectáreas, mezcladas con arena y álcali, estaban formadas principalmente de coníferas.
En All the Year Round, se describe el siguiente hecho: el 21 de setiembre de 1741, en Inglaterra, en el espacio triangular incluido entre los pueblos de Bradly, Selborne y Alresfort, se desplomaron «telas de araña» bajo la forma de «copos o jirones de tres por quince centímetros», relativamente pesados, que cayeron «a toda velocidad» y en gran cantidad, puesto que el lado más pequeño del triangulo mide doce kilómetros. En un artículo aparecido en otro lugar, se añade que el chaparron se produjo en dos tiempos, con un intervalo de varias horas (este dato nos es familiar), y que la segunda caída duró desde las nueve de la mañana hasta el anochecer.
Hilos de araña» caídos en octubre de 1881 en Milwaukee, Wisconsin, y después en Groen Bay, Vesburge, Fort Howard, Sheboygan y Ozaukee. De ellos se ha escrito que eran «muy blancos y de fuerte textura». «Lo más curioso», escribe el cronista, «es que no se señala en ningún caso la presencia de arañas». De donde surge nuestra tentativa de separar un posible producto exterior de su amalgama terrestre, y después nuestra alegría de prospectar cara al descubrimiento. El 21 de noviembre de 1898, numerosos bloques de sustancia, muy parecida a la tela de araña. cayeron en Montgomery, Alabama, en hilos y jirones de hasta diez centímetros cuadrados. Según el observador, no se trataba de tela de araña, sino más bien de una especie de amianto fosforescente.
En Montussan, en la Gironda, el 16 de octubre de 1883, un observador vio surgir una espesa nube, formada por una sustancia algodonosa que cayó al suelo en bloques gruesos como el puño. M. Tissandier, que informa de este testimonio, añade que dicha sustancia blanca y fibrosa parecía haber ardido.
En marzo de 1832, una sustancia amarilla y combustible caía en Kourianof, Rusia, sobre ciento cuarenta a ciento cincuenta mil hectáreas y con diez centímetros de espesor. Se tendía a identificar esta materia amarilla y resinosa como polen de pino, pero al romperla se le encontró la resistencia del algodon y sumergiéndola en el agua, la de la resina. Una resina de cobr ambarino elástica como el caucho y que olía como esencia de cera.
En cuanto a las cantidades de sustancias vegetales, demasiado vastas para sugerir cargamentos perdidos, recordemos que en Perpignan, el 1º de mayo de 1883, y en varios puntos de la costa mediterránea, cayó, según el Intellectual Observer, una mezcla de arena fina y de «harina roja», y que en Siena, Italia, en mayo de 1830, cayó una materia vegetal roja. Alguien debería registrar todos los fenómenos de caída localizados en Siena: son incalculables. Finalmente, el 16 de febrero de 1901, en Pawpaw, Michigan, la Monthly Weather Review, cita que, durante un día de calma chicha en que se vio inmovilizarse incluso a los molinos de viento, cayó un polvo amarronado de materia vegetal.
Chemical News: Donde el doctor A. T. Machattie, F.G.S., escribe que en London, Ontario, el 24 de febrero de 1868, en medio de una violenta tormenta, cayó una subtancia de color oscuro, en cantidad estimada en quinientas toneladas y sobre una extensión de unos cien por veinte kilómetros. Fue examinada al microscopio por el doctor Machattie, quien estableció que se trataba de sustancia vegetal «en avanzado estado de descomposición». La sustancia fue examinada también por el doctor James Adams, de Glasgow, que expresó su opinión de que se trataba de restos de cereales. El doctor Machattie señaló que el suelo de aquella región del Canadá había permanecido helado por varios meses antes de la caída, lo cual hacía suponer que el origen de la sustancia fuera remoto. El doctor Machattie creía que su origen se hallaba en el sur. «No obstante -dijo-, todo esto es mera conjetura.»
Amer. Journal of Science: El 24 de marzo de 1840, durante una violenta tempestad, cayó una respetable cantidad de cereales en Raikit, en la India. La caída fue informada por el Coronel Sykes, de la Asociación Británica. Los nativos se mostraron muy excitados, ya que se trataba de un cereal desconocido para ellos. Usualmente, tales hechos y sus pruebas son llevadas inmediatamente a un científico, que suele conocer las cosas mucho mejor que los nativos. Sin embargo, en esta ocasión no ocurrió así: «El cereal fue sometido a algunos botanicos que no lo reconocieron inmediatamente, sino que nombraron varias especies, distintas de unos a otros.»
Otro dato: el extraordinario año de 1883.
Según una traducción de un periódico turco, publicada por el London Times, cayeron en Scutari, en Turquía, el 2 de diciembre, copos o partículas de una sustancia blanca como nieve, «pero de sabor salado y soluble en el agua».
Miscelánea: «Una materia negra y capilar», el 6 de noviembre de 1857 en Charleston, Carolina del Sur . «Pequeños bloques quebradizos y vesiculares, grandes como guisantes o avellanas», en Lobau, el 18 de enero de 1835. «Una esoecie de salitre cristalizado, de sabor azucarado, caído en plena tormenta» en Peshawar, India, en Junio de 1893.
En Darmstadt, el 7 de lunio de 1846, Greg informa de una caída de «escorias de hierro ordinarias» .
En 1885, se encontró una gran piedra en el interior de un árbol, en Battersea Fields.
A veces se encuentran balas de cañón incrustadas en los árboles. Esto no provoca ninguna discusión: parece extravagante que alguien quiera agujerear el tronco de un árbol para ocultar en él una bala de cañón. Lo mismo ocurre con la piedra de Battersea. ¿Qué se podría decir de la misma sino que cayó a toda velocidad y que se incrustó en el interior de un árbol? Sin embargo, la discusión fue considerable. Porque en el pie del árbol, como desprendidas de la piedra, se encontraron fragmentos de escorias férricas.
Un periódico de Kimberley (citado por Nature, 10 de enero de 1884) anunciaba que, a finales de noviembre de 1883, un chaparrón de materia cenicienta cayó sobre Queenstown, en Africa del Sur, bajo la forma de bolas minúsculas, blandas y pulposas, pero susceptibles, una vez secadas, de convertirse en polvo al menor contacto. Sería usualmente absurdo atribuir esta sustancia al Krakatoa y, sin embargo, la lluvia fue acompañada por fuertes detonaciones.
sustancia que se precipitó el 24 de abril de 1887 en el departamento del Orne, en Francia. Y cerca de Allport, en Inglaterra, en 1827, «una especie de carbón de madera», expandiendo una viva luz, se abatió con gran ruido en un campo, si hay que creer el informe del doctor Angus Smith aparecido en las Lit. and Phil. Soc. of Mancester Memoirs, enteramente basado, como la casi totalidad de los Principios de Lyell y del Origen de las especies de Darwin, sobre testimonios orales. Esta materia anormalmente pesada, como si contuviera hierro, estaba «mezclada con una pizca de azufre». Se aleja totalmente, dice el profesor Baden-Powell, de las materias meteóricas corrientes.
Y Greg, aun calificándola de «sustancia dudosa» en su catálogo, la asimila de un modo definitivo partículas de azufre y piritas de hierro incrustadas en carbón de madera, mientras que el doctor Smith le atribuye un contenido en carbón de un 43'59 %. Pero la noción de caída de carbón permanece inseparable de los datos de sustancias resinosas y bituminosas.
Sustancias resinosas en Kaba, Hungría, el 15 de abril de 1887, y en Neuhaus, Bohemia, el 17 de diciembre de 1824. En Luchon, el 28 de julio de 1885, una sustancia negruzca, quebradiza y carbonosa cae durante una tormenta. Quemada, desprende un olor a resina. En Génova, una sustancia resinosa, caída del 17 al 19 de febrero de 1841, es definida por Arago como bituminosa y arenosa. Caída en julio de 1681, cerca del Cabo Cod, sobre el puente de un navío inglés, el Albemarle, de una materia «ardiente y bituminosa». Lockyer señala que una sustancia caída en el Cabo de Buena Esperanza el 13 de octubre de 1838, a razón de dos metros cúbicos, era blanda, desmenuzable con un cuchillo, y «dejó, después del examen, un residuo de olor bituminoso». La misma consistencia fue descrita por otro lado como «pareciéndose más que cualquier otra cosa a un pedazo de antracita».
Según M. Daubrée, la sustancia caída en la República Argentina, en la provincia de Entre Ríos, el 30 de junio de 1880, recordaba «ciertas formas de lignito». Una materia caída en Grazac, Francia, el 10 de agosto de 1885, desprendía en la combustión un olor bituminoso. El doctor Walter Flight enumeró también la sustancia de Alais, Francia, el 15 de marzo de 1806, examinada por Berzelius, las de Cranbourne. Australia, en 1861, Montauban, Francia, el 14 de mayo de 1864 (veinte masas, algunas de ellas grandes como una mano humana, de una sustancia «parecida a un descolorido lignito terroso»), de Goalpara, India, en 1867 (cerca dei 8% de hidrocarburo), de Ornans, Francia, el 11 de julio de 1868, con un componente orgánico combustible. de Hessle, Suecia, el 1º de enero de 1860.
¿Y qué decir de los «gusanos de nieve»? En Proc. Acad. Nat. Sci. of Philadelphia, se describen gusanos amarillos y negros hallados en los glaciares de Alaska, donde no hay forma alguna de vida a escala de los insectos y no existe ninguna base de vegetación, salvo los organismos microscópicos. Caídas de gusanos negros en Bramford Speke, Devonshire en Christiania, Noruega, durante el invierno de 1876 donde no podían salir del suelo que, en aquella epoca, estaba helado; insectos negros en 1827, durante una nevada en Pakroff, Rusia; caída, en una nevada, de multitud de pequeños insectos negros en Orenburg, Rusia, el 14 de diciembre de 1830 ; un gran número de gusanos en medio de una tormenta de nieve en Sangerfield, New York, el 18 de noviembre de 1850.
Grandes gusanos en Utica, en el estado de Nueva York. Según el Scientific American, fueron enviados al Departamento de Agricultura de Washington, en donde se los separó en dos especies diferentes: larvas de lombrices y de escarabajos. Larvas de escarabajo en Mortagne, Francia, en mayo de 1858, inanimadas por el frío. Flammarion, en The Atmosphere, p. 414, habla de una lluvia de larvas en la Alta Saboya, el 30 de junio de 1869, durante una tempestad de nieve: «No podían haber hecho eclosión en la región, en donde, los días precedentes, la temperatura había sido extremadamente baja». En enero de 1890, caída en Suiza de un número tan enorme de larvas que verdaderas nubes de pájaros fueron atraídos hacia el lugar. Unas eran negras, otras amarillas y tres veces más grandes. Lo cual excluye la selección por gravedad específica, propia de todos los torbellinos.
En el London Times se informa que un objeto redondo y metálico fue hallado el 17 de agosto de 1887 en un jardín de Brixton, «después de una violenta tormenta». Fue analizado por un químico, J. James Morgan, de Ebben Vale, que no logró identificarlo como verdadera materia meteorítica. Fuera o no fuera un producto de fabricación, el objeto fue descrito como sigue: una esfera elipsoide aplanada en los polos, de cinco centímetros de espesor en su mayor diámetro. Calificándola de «fragmento», Symons le retiró, sin embargo, todo carácter de simetría, prestándole una naturaleza amorfa y alejándola así del dato siguiente: descubrimiento en un montón de estiércol de una bola de metal después de una tormenta, en Sussex. Esta vez, mister Symons razonó que una bola de metal hundida en una masa de estiércol bien puede atraer al rayo y persuadir de su caída a una inteligencia de nivel inculto. Lo cual supondría que, de todos modos, los campesinos conocen tan mal sus propios montones de heno como el señor Symons su mesa de trabajo.
En Casterton, Westmoreland, un hombre, su mujer y sus tres hijas vieron caer del cielo una piedra durante una tormenta, matar a una oveja y enterrarse profundamente en el suelo. Después de haber cavado, desenterraron una bola de piedra que fue exhibida en la Real Sociedad de Meteorología bajo la mención de «bloque de gres». C. Carus-Wilson la describe como una esfera de cuarcita ferruginosa de un peso de algo más de cinco kilogramos, que poseía no sólo un elemento de simrtría, sino también un elemento de estructura, puesto que había una cáscara exterior seporada del núcleo central, sin duda debido al desigual enfriamiento de la masa.
Encuanto a W. B. Tripp, de la Real Sociedad de Meteorología, señala el caso de un granjero que, durante una tormenta, vio su campo labrado ante él por un objeto luminoso., Desenterró un hacha de bronce. Estimo que una expedición al Polo Norte hubiera sido menos urgente que una delegacion científica perdiendo un verano en estudiar los hechos en el lugar del incidente.
En la vivienda de Mr. Charton, en Sutton Courthouse, Sutton Lane, Chiswick, varias ventanas fueron destrozadas «por algún agente misterioso». No se logró encontrar jamás al culpable. El edificio estaba aislado de toda vecindad y rodeado de elevados muros. Fue llamada la policía. Dos constables, asistidos por varios inquilinos, montaron guardia, sin impedir que los vidrios continuaran rompiéndose «delante y detrás de la casa a la vez».
Algunas islas flotantes se estacionan a menudo en el Supermar de los Sargazos, siendo, a veces, afectadas por perturbaciones atmosféricas que provocan la caída de diferentes objetos en determinadas zonas terrestres. Sostengo que de las playas que jalonan las islas flotantes del Supermar de los Sargazos caen algunas veces guijarros.
En Wolverhampton, Inglaterra, en el mes de junio de 1860, después de una violenta tormenta, cayeron tal cantidad de pequeños guijarros que fue preciso retirarlos con palas. Un gran número de pequeñas piedras negras cayeron en Birmingham, Inglaterra, en agosto de 1858, en una tormenta: se dijo que eran similares a algunos basaltos existentes a varios kilómetros de Birmingham de iguales caracteristicas. Guijarros como «pulidos por el contacto con el agua» cayeron en Palestine, Texas, el 6 de julio de 1888; pertenecían a «una formación inusitada en Palestine». Bolas redondas y lisas en Handahor en 1834. «Un gran número de piedras de forma y aspecto desconocidos en tales regiones en Hillsboro, Illinosis, el 18 de mayo de 1883, en el curso de un tornado».
Guijarros de las playas aéreas y guijarros terrestres, producidos por los torbellinos, se confunden en estos casos hasta tal punto que parece necesario separarse del punto de unión: han caído guijarros que ningún torbellino conocido podría explicar, otros encerrados en piedras de granizo tan voluminosas que parece imposible que hayan podido formarse en la atmósfera terrestre, otros finalmente que se abatieron, a largos intervalos, en el mismo lugar. En setiembre de 1898, un periódico neoyorquino anunciaba que un árbol había sido herido por un relámpago o una apariencia luminosa en Jamaica. Cerca del árbol se encontraron menudos guijarros, cuya impertinencia en relación con la ortodoxia llegó hasta tal punto que eran «lisos y pulidos como por el agua», no fragmentos angulosos como se desprenden de los meteoritos.
Un observador del Servicio de Señales de Bismarck, Dakota, relata que, a las nueve de la noche del 22 de mayo de 1884, varios ruidos secos crepitaron a través del pueblo, causados por la caída de gran número de piedras de sílex golpeando contra los cristales. Quince horas más tarde, otra caída completamente idéntica se producía en el mismo pueblo.
He aquí un suceso realmente singular del cual nadie ha sabido dar una explicación satisfactoria, a pesar de que los hombres de ciencia lo han intentado a toda costa.
El suceso se ha repetido muchas veces a lo largo de la historia, aunque sólo analizaremos uno de ellos.
En un día claro de 1896, la región de Baton Rouge, en Luisiana, Estados Unidos, cayó una lluvia torrencial de pájaros muertos, sin que nadie encontrara la razón de semejante cosa.
Los habitantes de la zona dijeron haber encontrado todo tipo de aves, entre los que se encontraban zorzales, picos-verdes, urracas e incluso patos salvajes.
Lo más curioso del asunto, es que también había canarios domésticos y pájaros que los lugareños nunca antes habían visto.
miércoles, 4 de noviembre de 2009
Variado, 10 grandes casualidades.
1. De la Tierra a la Luna, escrita en 1865. En ella, el francés llama Columbiad al proyectil con humanos dirigido a Selene. Ciento cuatro años después el módulo de la nave Apolo que completara la misión real llevaba el nombre de Columbia, con un peso muy similar al ideado por el escritor. La vigilancia del viaje del proyectil se realiza en la novela desde un imaginario telescopio gigante, con lente de cinco metros de diámetro, situado en las Montañas Rocosas. Dimensiones y ubicación real del gran radiotelescopio de Monte Palomar.
El viaje en la obra de Verne se realiza a una velocidad de 40.000 km/h., consumándose el trayecto en 97 horas. En la realidad el Apolo XI viajó a 38.500 km/h y la singladura requirió 102 horas. Al reagreso, la nave real amerizó en un punto concreto del Océano Pacífico, lugar que distaba tan solo cuatro kilómetros del imaginado por Verne un siglo antes.
2. A Mark Twain pocos le hicieron caso. Su profecía tenía algo de siniestra y la gran fama que ya arrastraba sólo sirvió para que sus más allegados pensaran que todo se trataba de una pura excentricidad digna de un genio con ganas de más notoriedad. Sin embargo, él seguía empeñado en los últimos meses en vaticinar un hecho muy concreto. Huraño y preocupado, alejado del resto de los círculos intelectuales, barruntaba una única frase: "Yo nací con el cometa y me iré con él".
No fue hasta muchos años después cuando algunos biógrafos descubrieron la increíble coincidencia. Twain había fallecido por muerte natural al terminar el 21 de abril de 1910, en el preciso instante en que era perfectamente visible el paso del c0élebre cometa Halley.
3. Las coincidencias entre Lincoln y Kennedy, Veamos las sorprendentes coincidencias que hay en las vidas de dos presidentes norteamericanos, Lincoln y Kennedy: Abraham Lincoln y John Fitzgerald Kennedy fueron designados congresistas en 1847 y 1947 respectivamente. Lincoln fue elegido presidente en 1860, justo cien años después, en 1960 fue elegido presidente Kennedy. Medían 1'83 metros y sus apellidos tenían siete letras.
Los dos presagiaron sus muertes ya que fueron vaticinadas por varios videntes. Además el secretario de Lincoln, apellidado Kennedy, y el de Kennedy, apellidado Lincoln, recomendaron no acudir a los lugares donde morirían.
Fueron asesinados en viernes, por balazos en sus cabezas, disparados desde atrás y delante de sus mujeres; mujeres con las que perdieron un hijo durante su estancia en la Casa Blanca. Booth disparó a Lincoln en el teatro Ford y se refugió en un almacén; Oswald disparó a Kennedy -que viajaba en un coche Lincoln de la casa Ford- desde un almacén y se ocultó en un teatro. Los nombres completos de sus presuntos asesinos, nacidos en 1839 y 1939, suman quince letras cada uno, eran sureños y fueron asesinados horas después de los asesinatos -sin haber confesado su culpabilidad- por dos vengadores; denunciándose en los dos casos la existencia de conspiraciones que implicaban a personajes norteamericanos muy influyentes. Sus sucesores Andrew Johnson y Lindon Johnson (nombres de seis letras) eran senadores, demócratas del sur y nacieron, el primero, en 1808 y, el segundo, en 1908.
4. El actor Anthony Hopkins estuvo buscando a lo largo de su vida una novela de George Feifer sin encontrarla hasta que, de repente, vio un ejemplar abandonado en el metro. Durante el rodaje de una película basada en esa novela, aquella resultó ser la única copia -repleta de anotaciones- que le quedaba al autor; un amigo a quien se la prestó la había perdido en el metro.
5. En 1914, una mujer alemana realizó seis fotos a su hijo y le encargó a una amiga de Estrasburgo que le revelase el carrete. Por culpa de la guerra mundial no volvió a verla y no logró localizar las fotografías. En 1916 adquirió una película cerca de Frankfurt y fotografió con ésta a su hija recién nacida. Tras revelarla, comprobó con gran sorpresa que en ella se apreciaba una doble exposición, la que acababa de comprar era curiosamente la película perdido en Estrasburgo.
6. En 1837, Edgar Allan Poe publicó "Las aventuras de Arthur Gordon Pym". En ese relato, los cuatro supervivientes de un hundimiento, tras permanecer varios días en un bote a la deriva, asesinaron y devoraron a un grumete llamado Richard Parker. Cuarenta y siete años después, la embarcación Mignonette se hundió y los cuatro supervivientes que lograron sobrevivir en un bote decidieron comerse al grumete; se llamaba Richard Parker.
7. Morgan Robertson escribió en 1898 una novela en la que describía el primer viaje de un gran transatlántico llamado Titán y que se consideraba "insumergible". Aquel barco se hundió una noche de abril después de chocar con un iceberg en el Atlántico. Catorce años después, el Titanic naufragó en idénticas circunstancias a las escritas por Robertson, cuyo ficticio buque poseía numerosas características parecidas a las del Titanic.
En 1935, William Reeves -quien nació el mismo día que desapareció el Titanic- hacía guardia en el Titanian. Atacado por un presentimiento ordenó detener el barco cuando llegaron al mismo lugar donde se habían hundido los otros dos; gracias a ello no fueron arrollados por un iceberg.
8. En 1900, el rey Humberto I de Italia estuvo cenando en un restaurante cuyo propietario había nacido en el mismo día y ciudad que el monarca, además de ser muy parecido a él físicamente. Ambos se casaron el mismo día y con una mujer del mismo nombre. El dueño del restaurante había abierto el establecimiento el mismo día en que Humberto I de Italia fue coronado rey. Tales fueron las coincidencias que el monarca le invitó a un campeonato de atletismo que se celebraba al día siguiente. En el mismo instante en que comunicaron al rey que su doble había sido asesinado a balazos, el anarquista Bresci le disparó causándole la muerte.
9. El compositor Richard Wagner nació en 1813. Su nombre tiene 13 letras. Escribió 13 óperas. Los números de su año de nacimiento suman 13. Encontró su vocación musical un 13 de octubre. Sufrió 13 años de destierro. Terminó Tannhauser un 13 de abril y dejó de ser tocada el 13 de marzo de 1845, tras su fracaso en París, fue repuesta el 13 de mayo de 1895. El teatro de Riga (allí se presentó como director de orquesta) se inauguró un 13 de septiembre. La casa donde se llevaban a cabo sus festivales en Bayreuth fue abierta un 13 de agosto y el último día que pasó en ella fue un 13 de septiembre. Wagner murió el 13 de febrero de 1883, decimotercer año de la unificación de Alemania.
10. En 1911, tres hombres apellidados Green, Berry y Hill fueron ahorcados en Londres acusados de asesinar a Sir Edmond Godfrey en su residencia de Greenberry Hill.