La probabilidad de recibir el impacto de un rayo es ínfima. Recibir dos descargas a lo largo de la vida de un ser humano, y vivir para contarlo, es prácticamente imposible. Sin embargo, el guardaparques Roy Sullivan ha batido todos los récords al haber sobrevivido al impacto de un rayo en ¡siete ocasiones!
Resulta muy extraña la predisposición de Sullivan hacia los rayos; de hecho, a pesar de que su trabajo de guardaparques haya colaborado para mantenerlo al aire libre en muchos lugares tormentosos, las matemáticas están claramente en su contra y a pesar de ello, Roy Sullivan se burló de las estadísticas de una manera increíble. Según National Geographic, la probabilidad de que una persona reciba la descarga de un rayo a lo largo de su vida es de 1 entre 3.000. Basándose en estos datos, se ha calculado que la probabilidad de que alguien como Roy Sullivan fuese golpeado por siete rayos durante toda su vida, alcanza el astronómico valor de 1 entre 16 septillones; es decir, un 16 seguido de 24 ceros.
Repasemos las oportunidades en que Sullivan, nacido el 7 de febrero de 1912, resultó golpeado por un rayo:
En 1942, Sullivan se encontraba en una torre de vigilancia del Parque Nacional Shenandoah, en Virginia, Estados Unidos. Allí recibió su primera descarga eléctrica; el rayó impactó sobre su pierna y perdió la uña del dedo más grande del pie.
En 1969, un rayo cayó sobre la camioneta descapotable de Roy Sullivan mientras circulaba por un camino de montaña. Sus cejas se quemaron por completo y perdió el conocimiento.
En 1970, mientras se encontraba en la entrada de su casa, un rayo lo alcanzó inesperadamente, provocándole quemaduras en el hombro izquierdo.
En 1972, otro rayo cayó sobre Roy Sullivan cuando se encontraba en la oficina del guardaparques, haciendo que su cabello se prendiera fuego. A partir de entonces, Sullivan siempre llevó consigo una cantimplora llena de agua, por si acaso.
La previsión de la cantimplora salvó a Roy Sullivan de daños mayores cuando el 7 de agosto de 1973, el quinto rayo impactó sobre la cabeza del guardaparques, expulsándolo violentamente del Jeep que conducía y quemándole nuevamente el cabello.
El sexto rayo que recibió, mientras se encontraba en campo abierto el 5 de junio de 1974, le quemó uno de sus tobillos. Los testigos del hecho afirmaron que Sullivan observó una nube peligrosa y comenzó a correr por temor a resultar fulminado, pero que no alcanzó a llegar a un lugar seguro antes de recibir su penúltima descarga.
Finalmente, el último rayo que cayó sobre el desafortunado Sullivan lo hizo el 25 de junio de 1977, mientras se encontraba pescando en el lago del parque, y tuvo que ser hospitalizado con quemaduras en el pecho y el estómago.
Como resulta lógico imaginar, su particular condición lo fue transformando en una persona malhumorada y depresiva. En 1983, Sullivan se quitó la vida con su propia arma reglamentaria, aparentemente debido a un desengaño amoroso.
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